El sembrao de Tamarindos
Hubo un hermano viejo que contaba que había un dicho que decía: «Quien siembra Tamarindos, no cosecha Tamarindos» porque decían que ese árbol podía tardar de 80 a 90 años en dar fruto por primera vez.
Y resultó que un hermano se puso a plantar tamarindos en una mieja cornijal que tenía de liego por el Carril de la Moscarda. Estonces cuando se enteró su yerno, el de la más nueva, le dijo: «Pero suegro: ¿Pa qué mierdas se pone a plantar eso si no lo vas a poder recoger en la vida? ¡Qué lastimeja de postura!».
Estonces el hermano, haciendo gala de su infinita sabiduría y experiencia, le dijo con una sonrisilla dibujada en su sereno rostro mientras oteaba el horizonte: «¿Y por qué no te vas aunque sea un poquejo anca la mierda? ¡La viña es mía y planto lo que me salga de los cojones!»
Es una hermosa reflexión, una lección de vida.